sábado, 12 de abril de 2014

P- I- N- B- A- L- L-



Nada es más mortífero que controlar un veneno
Nada es tan destructivo como asimilar la muerte
A una secuencia ordenada que puede desactivarse
La vida no debe ser una elección al filo de la agonía
El bien no se escoge por defecto de las pérdidas
Que ocasionan los daños de adaptarse al mal
Es tiempo de dejar de aislarse en los confines
Y tomar la decisión de transitar un camino
Que ya no permita ninguna bifurcación
Ningún desvío atajo o retroceso
Ir rectamente hacia el juicio o hacia el exterminio
El alma no es la bola en un pinball
Que por cierto no tiene ya tiros extra
Ni rebotadores que le permitan redimirse
El juego se termino
Y la bola cae pesadamente
Por el canal de la realidad
¿Sabías torpe amiguito que la máquina
No se alimenta con fichas ni dinero?
La máquina reclama tu sangre
¿Estás dispuesto a hacer ese sacrificio?
Acá no hay lugar para campeones mundiales
Ninguno ha podido despegar sus patéticos dedos
De los botones de este pinball asesino
Sin perder hasta el ultimo gramo de su ser
De su alma de la lucidez de sus pensamientos
Por cierto que trae un manual para usarlo
Pero quienes lo leyeron jamás se atrevieron
A meter la primera ficha por la ranura
Porque supieron entender que era también la última
Entonces ya hiciste tu apuesta
Apostaste tu vida
Y acabás de perderla
Como cualquier otro idiota
Que ose apostar algo tan valioso
Nada más que por participar de un juego
Un juego que nunca puede ganarse
Un juego en el que todos perdemos
¿Qué hacer por Dios qué hacer?
¿Desconectamos la máquina del enchufe?
Querido sin esa energía también se te va la vida
¡Vampirizado hasta morir qué miseria!
Al menos morir sin desangrarse totalmente
Tiene algún mérito todavía
Podés tirar del cable con las fuerzas que te quedan
Capaz que lográs arrancarlo sin quedarte seco
O algo hace fluctuar la maldita energía
Invirtiendo su polaridad
Regresándote a la vida
Quién sabe
¿Podrías intentarlo no?

MARCEL GONTRAND - 12/04/2014
Los mismos números
¿La misma suerte?

ELOGIO DE LA CEGUERA



Feliz el bendito que ignora su tiniebla
Quien no teme andar a tientas su destino
Quien no reposa su integridad en el bastón de los sentidos
Quien se permite elegir para ser elegido
Feliz quien no cree que deba buscar
Aquello que siempre lo encuentra
Quien no es esclavo de la necesidad
Y sabe reconocer bien sus deseos
Y la posibilidad cierta para realizarlos
Aquel que no sale a correr detrás de la liebre
Para terminar adornando el paragolpes de un camión
Aquel que sabe cuando no es necesario ver
Y solamente confiar en sus sentimientos
Para poder creer que es sólo parte de un plan mayor
Que no está destinado a forjar su felicidad
Sino a cumplir metas más altas y solidarias
Con los propósitos de la humanidad y el universo
Donde nadie es un eslabón imprescindible
Pero tampoco una contingencia ni un accidente
Esa es la ceguera capaz de ver mas allá de mirar simplemente
El resto de los sensuales mortales no hacemos más
Que perder progresivamente nuestra visión interior
Para alimentar los espejismos de pesadilla
Del horrible cuenco vacío del gran ojo ciego
Que quiere devorar toda la luz de este mundo

MARCEL GONTRAND - 12/04/2014

GRIS CONTINUO


Vivimos la última muerte
Un sueño dentro de otro sueño
Que inicia un ciclo de nunca acabar
Del que ya no puede despertarse
Ya no distinguimos días de noches
Ni se advierte el rigor de las estaciones
Solamente un clima estropeado y un tiempo muerto
Un gris continuo suspendido entre tinieblas
Sete tibi terra levis sólo queda rezar
Porque este peso específico del alma
Es suficiente para hundir varias vidas
En la ciénaga infinita del frío olvido
A ese Leteo se encamina tu aterido cuerpo
Ya no corre briosa sangre por tus venas
Solo un líquido viscoso densamente maldito
Que va paralizándote como a una momia
Amortajada en un vetusto sarcófago
Que es tu refugio y tu mazmorra
Obsequiaste tontamente tu alma al diablo
Sin obtener nada que destaque de la mediocre inmediatez
De la simple consumación del goce
Ahora quisieras aborrecer de tu vesánica dieta
Y dedicar tus días a recuperar una vida tranquila
De metódicas emociones y austeros placeres
Pero nadie juega al filósofo con los amos de este mundo
Con los que custodian las salidas de este mundo
Los cerberos en este plano de otros planos astrales
Ellos van a atormentarte el resto de tus días
Van a encargarse de que pagues con penas tus promesas
No querido eso no se arregla con juegos intelectuales
Disciplinando una voluntad de esclavo
Para que quiera sentirse libre

MARCEL GONTRAND - 10/04/2014

UN ACCIDENTE PENOSO



Lo que antes se idealizara como cura,
Como solución de todos los problemas,
Hoy se demoniza casi como si fuera
El origen de todos los males.
El amor, o más bien la construcción amorosa,
Figura en la lista de las taras más peligrosas
A las que estamos expuestos por culpa
De la maldita institución familiar y la iglesia.
Cualquier forma del amor es un accidente penoso
Entonces discriminamos coherentemente:
Esto es sexo, esto es piedad, comprensión,
Hasta la lástima es preferible al amor;
Esa cosa pegajosa donde podemos
Quedar entrampados como moscas.
Y después todo ese asunto pernicioso
De compartir cama, baño, comidas.
Si cada quien se entiende con su locura,
¿Hay que soportar encima la locura del otro?
Ahí notamos el alto grado patológico
De esto que todavía insistimos en llamar sociedad.
Los grandes medios definen una conciencia de colmena,
Mientras el mercado alienta el individualismo,
La competencia, la agresividad y la autosatisfaccion.
Sabemos que todo se termina:
La comida se termina, la bebida se termina,
Las drogas se terminan y también las relaciones sociales.
Entonces, por qué apostar a algo
Que ya sabemos que acaba mal desde el principio.
La comida acaba en descompostura e indigestión,
La bebida, en borrachera y resaca,
La droga, en sobredosis y locura,
Las relaciones, en odio, desconfianza y traición.
¿Traición por qué? Por hacer lo que siempre quisimos:
Enrollarnos con cualquiera que nos atraiga,
Porque sí, porque somos animalitos;
Básicamente eso. Bombas a punto de explotar.
Todo se termina así que hace falta
Un programa preventivo de control de daños
Antes de siquiera pensar en concretar algo
Con quien sea y para el uso que se quiera,
Necesitamos tener la certidumbre
El salvoconducto para reducir el dolor
A una expresión insignificante
Para sostener bien en alto
Nuestra dignidad
Nuestra seguridad
Nuestra privacidad
A salvo de ese penoso accidente
Que no debemos por ello odiar
Ya que para esto hace falta aquello
Entonces mejor ignorar
Ignorar todo
Bajo la armadura potente y consolidada
De nuestro equipamiento de puras neurosis.
Ahora sí, respiramos aliviados,
A salvo de cualquier imposición de nadie
A salvo y a solas con un todo yo
Un ego tan bellamente enfermo
Que ya no podemos ni queremos curar.

MARCEL GONTRAND - 03/04/2014

LA LÍNEA DE UNA SONRISA



Si hay algo más triste que un payaso
Es su corrosivo rostro amargado
La línea desgarrada de su sonrisa
Sus ojos palpitantes de venganza
No por haber hecho reír a los tontos
Sino por no poderse reír de su triste figura
De su desgarbada sombra perdida entre las calles
Donde sólo quedan huesos sobre huesos
Encabalgados en una marcha hacia ninguna parte
El panorama es un paisaje pintado en un cartón
Que se va cambiando cada tanto
Para inventar la realidad de los días
A veces tan iguales que son copias
De otros días felizmente transcurridos
El payaso pone su piloto automático
Se instala una mueca parecida a una sonrisa
Y sale a abordar la pasividad de otros tantos
Rostros que van mezclándose en el anonimato
Bien dispuesto a empujar una vez mas
Sus piernas mutiladas hacia el ojo del caos
Donde todos saben lo que vale todo
Pero desconocen absolutamente su valor
Se repite más o menos absurdamente su rutina
Porque debe parecer seguro en su papel
Aunque el dolor le devore el alma
Nadie quiere escuchar nada sobre algo
Peligrosamente parecido al amor
Simplemente quieren seguir rodando
Su historieta en medio de la jauría
Sabiendo ser uno mas para ser uno menos
Ya no quiere mirar las letras pequeñas
Para certificar que sus ojos pueden ver
Por no nublarse el horizonte de lágrimas
Sabe que la letra chica dice la verdad
Pero el ya aprendió a amar a las mentiras
Tal vez sea la única forma de sobrevivir
Manteniéndose a flote en una indeleble línea:
La social y unánime línea de una sonrisa
Aunque al cabo sea sólo un decadente payaso
Esperando reír hasta caer vencido
El día en que todas las máscaras hayan caído

MARCEL GONTRAND - 24/03/2014

A CUENTAGOTAS



No estás preparado para simplemente hacer algo bueno y retirarte a descansar. Make my day. Salva el día para que la noche te acribille.
Estás demasiado agujereado. Tu mente no luce mejor que un queso suizo. Demasiadas cavernas y pasajes para intentar un sano paseo por este nido de gusanos. Siempre fascinado por las llamas y ansioso por quemarte. Pero no hay segundas partes. La vida no tiene secuelas. No es un video juego, no es el Hit & Run o la paranoia de un francotirador en primera persona. Porque te falta instinto criminal, viejo, ya no podés adquirir los vicios de la buena caza. Te dan aprensión los venados, las ratas, hasta las putas cucarachas. No podés matar y lo único exitoso en vos es tu capacidad para matarte, a cuentagotas, cada día un poco más. Pero aún teniendo esa piedad de hereje, ese amor por todo lo que se destruye para destruir tu ego, no lográs hacer la diferencia.
¿Eso creés, verdad? Que así vas a matarlo. Será entonces. Porque el maldito ego solamente va a morir cuando logres acabarte, secarte como una uva pasa, momificarte en vida y clausurar todas las ventanas. Ya estás aislado, querido. Envenenado con tu propia agua bendita. ¿Cuál es tu alegría entonces? ¿Estar felizmente perdido?
Tal vez no haber encontrado ningún camino que te plazca caminar de pe a pa. Esta vida, la otra vida y todas las que te imagines, te resultan un caldo magro, una sosa infusión de palurdo, una tisana para abuelas. Pero no hay bang bang sin dolor. Sin sangre. Y otra vez la aprensión. Un gato de tejado con el amaneramiento de un coiffeur, de un modisto, y el desparpajo de un bon vivant, de un bohemio burgués.
¿Vas a decidir despertar de una buena vez? ¿Vas a dejar de jugar a la figurita difícil? Estás lastimado por donde lo mires, te estás muriendo en cuotas: tu alma hipotecada, tu salud estropeada.
Esa tendencia a la carnalidad, al exceso, con ciertos escrúpulos de santo juerguista, sin posibilidades ciertas de corromper a nadie. El síndrome de un vergonzoso aventurero. Un desquicio de muchacho. El temor de matar o de morir. Un jarabe tibio que provoca náuseas.

MI CANCIÓN DE OTOÑO


Hasta cuándo voy a decir hasta cuándo
Para comenzar a hacer algo distinto
Sumergirme en un curso de aguas claras
O saltar de una buena vez al vacío.
No hay espacio suficiente en este nicho
De una miserable vida de sepulcro
Donde ya no es leve el polvo que me cubre
Donde no acabo de estar muerto ni vivo.
Solamente suspendido en mis temores
Consumiendo las reservas de mi cuerpo
Sacudiéndome el fervor de los gusanos
Y espiando con rencor desde mi agujero.
Pasan los días soleados, las tormentas,
Las noches de plenilunio, las borrascas.
Pasan los días de fiesta, los de dicha,
Y también cruentas batallas y quebrantos.
Mientras yo sueño que vivo en este hoyo
Sueño que sigo despierto y me pregunto
Si es que habrá algún sueño para mi descanso
Cuando deje de preguntarme hasta cuándo.

MARCEL GONTRAND - 21/03/2014